domingo, 28 de septiembre de 2014
SIGUE MI PERFUME
Como Grenouille - De la novela: "El perfume"
Sigue mi perfume.
Comienza por las tibias violetas
de mi cuello, baja lento,
entreabre la puerta de tu boca
y ahora detente.
Quiero ver cómo despiertan
los médanos de mi pecho.
A qué saben?.
Cierra los ojos y dime...
Son acaso como los imaginabas?
Sigue mi perfume,
sostén mi cintura en alto
y vuelve a cotejar el mapa
dibujado en mi vientre.
Ya sabes,
te acercas a un monte
de manzanas verdes,
fragancia de mujer,
sabor a fruta madura
que espera y se niega a caer.
Sigue mi perfume...
Otra vez las violetas
en mis muslos, tímidas y ocultas
floreciendo en la comisura
de tus labios.
Regresa a mis besos, te lo suplico...
Silencia los gemidos
del hambre y la sed.
Que nuestros cuerpos se asemejen
a dos manos unidas en oración
y no repares un solo instante,
en morder mi fruta.
Entra al paraíso cuantas veces quieras.
Ya no le temo al destierro...
Ahora, eres tú
quien huele a violetas, manzanas y mar.
Rita Mercedes Chio Isoird
D. Reservados
LENGUA DE FUEGO
Aniquila el desparpajo de tu desnudes
Los ebrios silencios de mar
El ondular de tus suaves caderas,
Círculos de placer al amar.
La venganza del deseo…
Atollados en el remanso del vino,
La siesta caliente y húmedos besos
Abren en el oro de tus muslos, caminos.
Lengua de fuego, el ángel caído
Descontrola con su boca morbosa
La inocencia de un monte oscuro
Y el néctar secreto de tu rosa.
Rita Mercedes Chio
D. Reservados
EL ALA DERECHA DE LA MARIPOSA - POEMA Y VÍDEO
En la palma de una mano,
agoniza, débil, etérea,
pero no lo sabe.
Es como el tiempo de las alegrías
o el tiempo de las desdichas,
breve, inevitable.
No comprende en qué caso
la eternidad tiene sentido.
A veces,
en unos segundos de amor eterno
o tal vez, en cien años de soledad.
Lo infinito se viste de azul
y grita estrellas en el cosmos.
Es tan vieja como la muerte,
con tan solo unas horas
de vuelo rasante
sobre la piel de los sueños.
No importa quien la contempla,
Dios no detiene los relojes.
Dios equilibra lo que emerge,
lo que nace con aquello
que tan solo se transformará.
Ella en la palma de una mano,
y su ala derecha,
derramando colores
sobre la calzada.
A escasos metros,
cae abatido un delincuente,
se escucha el chillido
del recién nacido,
la risa del joven enamorado
y el tintineo de escasas monedas
a los pies de un mendigo.
Vida, muerte, destino.
El hombre la observa,
agradece no ser mariposa
y ella no lo sabe.
Suenan las sirenas,
canta un ave
en el balcón número setenta,
un barrilete se suicida
soltándose de la cuerda
y el niño de la vuelta,
roba algunos centavos
en la fuente de los viajeros.
La vida cae en picada
allí donde su alita perdida
se mueve a voluntad del viento.
Vuela sola…más,
olvidó su corazón
en la palma de una mano cualquiera.
Vida, muerte, destino.
Rita Mercedes Chio
D. Reservados
Argentina
HOJARASCA - Poema y vídeo
De aquellos otoños
Humo de invierno
La mejor rosa
Sobre la loza
De mis infiernos.
En la hoja seca
Calo nervaduras
Venas de la vida
Verdad y mentira
De mis presuras.
Rojo desangre
El árbol padece
Viento que lleva
Su savia y estrella
Con dulzura mece.
No evade la muerte
La hoja amarilla
Besando mis pies
Me dice quien es
Y esconde semillas.
Mi otoño recicla
Un poema oculto
Un amor perdido
Cerca del olvido
Donde eleva un culto.
Hojas o canas
Para mí, el hoy
Para el árbol, un mañana…
Rita Mercedes Chio Isoird
(Derechos reservados)
AMOR EN EL MÁS ALLÁ
Busca en mi pecho
Aquellas flechas perdidas
De lágrimas incrustadas
En los pliegues sutiles
De la vida.
Senos de hielo y miel
Cruz que se acuna
En cada suspiro
Mármol y olvido
Para tu luna.
Uñas que rasgan
Mi vestidura
Ave negra en su canto
Oración y llanto
Espectral locura.
Labios sellados
Lirios en las comisuras
Procesión hacia la nada
Llora el ángel tu morada
Perlas de sangre puras.
De rodillas en el pasado
Lastimo rosas y poemas
Huelo a barro como tus ojos
A muerte, amor y despojo
Sin aliviar la condena.
Sin tus blancas caricias,
Príncipe de azules sueños
Olvido el color de la vida
Tu voz quebrada y herida
Punzón tallando mi ceño.
Hago el amor en el cielo
Desafiando realidades
Pájaro muriendo mil veces
Alarido que estremece
Mentiras de mis verdades
Levanta tu vuelo conmigo
Aspira mi último aliento
Seremos dos en el viento
Cruces entrelazadas
Lujuria de eternidades
Y una lápida olvidada.
Rita Mercedes Chio Isoird
D. Reservados
POEMA GÓTICO: DECISIÓN
Porqué decir “Te quise”
Si en el ondulado
Cabello del viento
Una metáfora dispersa
Besa el sentimiento
Cae tu nombre, incienso y mirra
En mis labios abiertos.
Callen los cipreses
La complicidad
Con la muerte
Maldigo mi ira y mi suerte
Ante la piedra tallada
Espina de rosa marchita
En el perfil de la calma
Ruge el cielo presumido
Gris atuendo
Sobre mi espalda
Violeta de otoño abraza
Las vísperas de mi mortaja.
Porqué decir “Te quise”
Cuando mi sangre
Aun ama…
Y sobre la tierra fresca
De tu última morada
Siembro mi cuerpo vacío
Para unirlo con tu alma.
He de abrazarme silente
Al molino de tu risa
Mariposas y caricias
En sus blancas astas.
Canten ángeles nocturnos
Azules brillos
De negras alas
Morir no es dejar la vida
Morir es perder la magia.
Rita Mercedes Chio Isoird
D. Reservados - Argentina
DESDE QUE YA NO ESTÁS
Aroma de violetas entra por mi ventana...
No sé quien, renueva las flores de mis rincones
La luna se balancea en cuarto menguante
Regando de estrellas, el gris de mis balcones.
Desde que ya no estás,
He vuelto a creer en los ángeles
Amarillas cartas, desatan sus cintas
Con palabras de amor que no mueren
Papeles ajados, caricias escritas.
Amanecer... Un trino en la copa de la haya
Dulce cántaro de efímeros sonidos
Entrelaza mi camino terrenal
Con el sendero de luz, que has elegido.
Desde que ya no estás…
Por tu presencia intacta, brindo.
Rita Mercedes Chio Isoird
Argentina
Desde que ya no estás,
He vuelto a creer en los ángeles
Amarillas cartas, desatan sus cintas
Con palabras de amor que no mueren
Papeles ajados, caricias escritas.
Amanecer... Un trino en la copa de la haya
Dulce cántaro de efímeros sonidos
Entrelaza mi camino terrenal
Con el sendero de luz, que has elegido.
Desde que ya no estás…
Por tu presencia intacta, brindo.
Rita Mercedes Chio Isoird
Argentina
DE NIÑA A MUJER
Dulce paloma,
En busca del cielo
almendra fragante
el pequeño instante
en que levantas vuelo.
Te alejas infecta
de amores y sueños
en la orla diminuta
de la abierta fruta
que provoca celos
Mi dulce paloma
organza y mujer
hechizo de luna
sobre aquella cuna
que te vio nacer.
Mejillas cárdenas
juguetes rotos
crayón partido
lavandas y lirios
en la vieja foto.
Pálida alondra
mi niña creciendo
breteles de seda
encajes y penas
que irán floreciendo...
Rita Mercedes Chio
D. Reservados - Argentina
Dicen que afuera es primavera
A contra viento, avanzo
sobre la huella de veranos olvidables,
aplastando las notas musicales
que fusionaron nuestros cuerpos
expertos en el “para siempre”.
Rastros de sudores y placer
a la vera del camino.
Un corazón herrumbrado
se detiene a la hora exacta
de tu partida.
Dicen, que allí afuera
de mi propio infierno,
aun es primavera.
Que los amantes se besan
hasta perderse en el tiempo
y los jazmines presurosos,
se acomodan en finas cabelleras
enamoradas.
Cual es la puerta?
La que dice entrada
o la que anuncia la salida?
Estoy perdida ante una hoja
llena de letras y vacía de ti.
He comenzado a desgranarme,
como un gigante de arena
a merced de la tempestad.
Y peregrina y exhausta
me arrodillo obediente
ante el rostro en acecho
de un poema en soledad.
Rita Mercedes Chio Isoird
D. Reservados
Argentina
ANASTASIA ROMANOV
Prosa para Anastasia Romanov - ( Con imágenes en movimiento)
Errante zarina, ojos de humo con destellos de cielo. Malezas aferradas a la oscura falda de terciopelo, con encajes desencajados. Pequeña alondra a la que le han destruido su nido de cristal.
Pestañitas blancas, labios de mora entumecida. Algunas alhajas en tu bolsillo profundo, entre ellas, las fotos del olvido. Nieve sobre los campos de la Rusia amada, con algunas rosas de sangre floreciendo entre la espesura, donde se hunden tus botines de cabretilla blancos.
Cuanto silencio en el bosque que atraviesas con la boca sellada y una capa desgarrando sus hilos de oro. Seguirán tu perfume de niña, los hambrientos lobos de la revolución Volchevique.
Qué es lo que hay allí más adelante? La vida o la historia? Zarina errante…Aún no han florecido tus pechos de seda, más blancos que la nieve que va cubriendo tu rastro. El leñador que observa tu paso, sonríe y no se apiada. Acaso eres la culpable de los arco iris ausentes? Del poder que pasa de mano en mano como una moneda heredada o de las heladas aguas del Volga? Manitos de estepa abandonada.
Dónde vas con tu corazoncito desbordado dejando entre el follaje, las perlas de tu gargantilla, como migajas de pan que alimentarán espíritus cobardes, salvajes, sedientos de sangre roja-azul-roja.
Ay pequeña mía! Anímate a bailar conmigo el último vals de la vida…Aún conservo algunas gotitas de tu savia en mi cuerpo. Varios de los míos, llorarán esta tragedia que aún no concibes. Solo corres por los miserables caminos de la muerte.
Plomizo cielo destaca la palidez de un rostro, que se niega a elevar la mirada que ya no puede mirar.
Estás exhausta, sabes que si cierras los ojos, no volverás a ver la luz del amanecer y no escucharás las campanas, no verás florecer tu jardín de verano, no festejarás los abrazos que ya no existen.
Nada puedo hacer…Nada pude hacer…abro un vetusto libro y me sonríes inocente desde una eternidad irremediable. Pequeña Anastasia Romanov, solo te han concedido unas horas más de tormento.
Rita Mercedes Chio
D. Reservados - Argentina
MEDUSA
MEDUSA
Armoniosa danza
Entre afiebrados suspiros
Que en una noche de abril,
Cautivó
Luminiscencias letales
En la desprolijidad
De mi alma.
Bella, transparente
Agua de ríos sin risas
Meces la fragilidad
De la muerte
Cabellera dolorosa
Sobre olas y brisas.
Criatura nefasta
Desnudez cristalina
Como la inocencia
De los puertos abandonados,
Que las gaviotas olvidan.
Mi mano se extiende
Equívoca, lujuriosa
En los tentáculos
De una mirada
Atrapados quedan,
Besos en pieles saladas.
Como arde este amor
Llagado de esperas
En las dolientes noches
Donde bebo tus mareas…
Medusa, realidad o cuento?
Lamo mis heridas
Como lamo de tu cuenco
Un agridulce, arrebato de vida.
Rita Mercedes Chio
Derechos reservados
Argentina
Suscribirse a:
Entradas (Atom)