martes, 22 de septiembre de 2015
ADAGIO - Palabras de amor
Mansas golondrinas recostadas en la mejilla del atardecer…
Tu mano no pudo sostener el dolor de mis ojos cerrados y caí en brazos llenos de espinas, ajados, sedientos de pecados mundanos.
Una alondra anida en el cuenco del asombro, murmullo del pasado que eleva mis latidos hasta desaparecer en nieblas cerradas, húmedas, ciegas.
Animal lastimado a la vera de la vida. Sin ti, lamo la espalda de quebrados espejos.
Adagio... Un solo y escaso minuto se eterniza esclavo en el vórtice cerrado, que alguna vez nos mostrara la luz de un amor más allá del tiempo.
Abrázame con la palidez de una palabra piadosa. Perdona el temblor del miedo, el aroma de otro hogar en mi carne.
El rostro del engaño se aferra a la mirada que oculto. Abajo donde miro, ya no hay flores, sonidos y cascadas. Solo un pájaro sin alas, bebiendo la sangre de mis lágrimas.
Adagio. Tú me olvidas y yo trago lentamente, una a una, las estrellas que se deslizan de un cielo que no pudo ser.
Veo como te alejas. Veo como muero, de rodillas sobre la inconmensurable debilidad de la carne. Recojo los cristales rotos y los aprieto sobre mi pecho denudo.
Adagio.
Rita Mercedes Chio
(Argentina)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)