Quietud que ahoga
un trino lejano, débil.
Las delgadas figuras de los molinos
se apagan, una a una.
Al atardecer calla el lamento
del pájaro en el bosque.
Se inclina la mies,
la roja amapola.
Una negra tormenta amenaza
sobre la colina.
El antiguo canto del grillo
perece en el campo.
Ya no se mueve el follaje
del castaño.
En la escalera de caracol
susurra tu fino vestido .
En silencio alumbra el candil
la habitación oscura;
una mano plateada
la apaga.
Quietud del viento, noche sin estrellas.