Almendras en la campiña de tu cara
Que miran y no ven, azules desvelos
Se esconden esquivas en el tibio velo
De nácar y azúcar, de suaves pestañas.
Amor de atardeceres, miel de los cerezos
El río en su cauce, ave en pleno vuelo
Qué dirán las rosas bordadas en tu pelo
Si el río te toca, como antes, mis besos.
Trigal de tu cuerpo, ondulada cadera
Se mese, germina, florece y despierta
Mi sangre se activa, caliente y alerta
En la tierna espiga de tu primavera.
Y queda roto, un corazón enamorado
Sobre la arena seca de mi playa vacía
Te alejas silente, de esta pena mía
Almendras tus ojos, promesas de barro.
Rita Mercedes Chio
Argentina