A una paciente que padecía trastornos de contacto con las personas, que se le hacía muy complicado acercarse al sexo opuesto, su psicóloga, le recomendó tomar clases de tango.
En el tango, en contacto físico es marcado, sutil y muy sensual a la vez.
El abrazo, la cercanía de los cuerpos, el roce, las respiraciones, conviven con la elegancia y la seducción. En definitiva, la mente compenetrada con la música y el baile, deja de lado los obstáculos de cercanías con un otro.
Excelente recomendación para estos casos.
Rita Mercedes Chio