En las películas de los blancos, la vida tiene música de fondo. Las emociones tienen música y sube el volumen en los finales gloriosos.
Un cara pálida, no sabe, no comprende, que en la vida de un Comanche, hay música durante las doce lunas, en cada instante, aún de noche.
El murmullo del río, notas que salpican fecundidad.
El canto del viento entre los riscos, fina melodía para nuestros oídos.
El grito del águila, erizado clamor de libertad.
El ritmo del tiempo, la palabra maestra y el llanto de un recién nacido.
No existe mejor canción que los sonidos de la naturaleza.
Acaso no la escuchas?
Rita Mercedes Chio