Una de las preocupaciones de mis padres, era la naturalidad con que incurría en manifestaciones sexuales, interés por el placer, juegos dónde más allá del desconocimiento del tema, fluía de manera común y natural.
He sido una niña sin represiones al respecto, viviendo experiencias y descubrimientos nuevos para mi edad y educación.
Los niños aprenden jugando a descubrirse, sentir, conocerse, sin saber que la mirada de los mayores, suele ser muy castradora y condenatoria.
Muy a pesar de ello, aquella riqueza en explorar y dejarse llevar por las sensaciones, hicieron de mí, una adulta sana, plena, sin demasiados traumas, a la hora de la sexualidad adulta.
Todos los profesionales, hoy en día, recomiendan permitir estos juegos experimentales, a los niños, según su edad y necesidades.
A esto se le llama: Salud sexual.
Rita Mercedes Chio