jueves, 27 de octubre de 2016

TÁNATOS Y EROS

EROS
                                           

El erotismo se define como el amor sensual, aquel que deleita los sentidos y los satisface, capacidad para sentir deseo, excitación, orgasmo y placer.
El erotismo abarca las caricias, las fantasías y la imaginación que evocan internamente aquellos recuerdos o imágenes que desencadenan la excitación sexual.
El erotismo es característica de algunos fenómenos o eventos humanos referentes a la sexualidad, sin que necesariamente tengan relación o contacto con las partes genitales.
Amor sensual. Carácter de lo que excita el amor sensual. Exaltación del amor físico en el arte.

Para David Barrios, sexólogo y terapeuta, “…el erotismo es el fenómeno humano caracterizado por el deseo, la excitación y el orgasmo, acompañado de los fenómenos emocionales, mentales e imaginarios que implica; esto significa que el número y la calidad de los encuentros sexuales y el disfrute de los mismos forma parte de la experiencia erótica”.
En entrevista para Salud180, el especialista explicó las diferencias entrerelaciones sexuales y las relaciones eróticas, así como la importancia delerotismo en la vida de los seres humanos.
Como el erotismo es uno de los aspectos de la vida interior, es importante que en la elección de una pareja, las características eróticas tengan puntos de coincidencia para lograr armonía sexual.
De acuerdo con Esther Corona Vargas, de la Organización Mundial de la Salud, el cerebro es el órgano de placer más importante porque se encarga de procesar los estímulos que provienen tanto del cuerpo como de la mente.
De ahí se deriva toda situación placentera y la posibilidad de control y de tener una relación afectuosa y satisfactoria.

                                  
TANATOS

Aunque no está claro que Freud utilizase este término en sus escritos, habitualmente la literatura psicológica lo utiliza para designar lo que Freud llamó en "Más allá del placer" el principio de nirvana, o instinto de muerte. Por el instinto de muerte encontramos en el sujeto un apetito hacia el estado de tranquilidad total, hacia el cese de la estimulación y de la actividad, un afán por regresar al estado inorgánico inicial. Este instinto es irreductible a otros instintos positivos, formando junto con el instinto de vida o Eros las disposiciones básicas de todo ser vivo, y por supuesto también el hombre. El masoquismo, el sadismo y todo afán por la destrucción es expresión patológica del instinto de muerte.