El único ser viviente que aplasta mis pudores y puede hacer de mí, con absoluto permiso y sin límites, Lo que quiera y cuando quiera ... Terrence. Claro está, que mi morenito, no sabe siquiera que existo. Nada más gratificante y estimulante que una fantasía. Dejar correr la imaginación, más allá de las distancias, el tiempo y el espacio mismo. Esta pequeña gran fantasía, pasea en mi mente al desnudo, sin maquillaje, sin pecado, en colores, aromas, sonidos y sabores.
Quien no ha recreado sus emociones en personajes desconocidos.
Terrence ... Cada tanto le pone un toque de pimienta a mi vida. Y aunque existan otros hombres, para él, hay un lugar de privilegio en los altibajos del erotismo, la sensualidad y la ternura.
Intentar una comunicación con TH. sería el peor de los pecados...Nada más sublime que dejarlo allí, en el lado más luminoso de mi corazón.
