Mi cuerpo y tu mirada. Alianza de fuego que abre las puertas a lo sublime. Tu enciendes un cigarrillo y pones la melodía. Luego serán los silencios más ruidosos de la sangre, que bulle entre las luces tenues del cuarto.
Cada movimiento es solo para ti...Cada escena, una invitación al placer, que ha de ser el encuentro de dos planetas en celo, contaminados de inconfesables deseos en la caliente galaxia del erotismo. Luego habrás de tomarme, madura fruta destilando la miel de la vida.
Un juego a ciegas, en la penumbra más estricta y en la intimidad. Maravillosos pecados de la piel y la mente...Mi cuerpo y tu cuerpo, ahora.
Rita Mercedes Chio